Si hay uno de los lugares que más me han impactado en mi viaje a Gambia es Tanji, en donde nada más llegar tus sentidos reciben una explosión de colores, sonidos y olores. El olor a pescado, a humo procedente de los ahumadores, el sabor de la sal en tus labios y esa brisa refrescante que apacigua un día de duro calor mientras esquivas las miles de gaviotas que se acercan a este excitante momento. Es una sobrecarga sensorial que invade todo mi cuerpo, y me proporciona una felicidad desmesurada el saber, que poco más tarde, voy a disfrutar de un rico pescado a la brasa o cocinado con alguna receta tradicional.
Todos los colores del arcoiris invaden mis retinas, mis pupilas se expanden para alcanzar toda esa belleza concentrada en apenas unos metros de playa. Los colores de las barcas, los vistosos trajes que llevan todas las mujeres todo es hermoso en esta pequeña población de pescadores.
Son aproximadamente las 5 de la tarde, es el momento en que llegan las barcazas repletas de pescado, decenas de personas, o mejor aún, cientos de personas acuden a ayudar en la descarga del pescado.
En apenas unos minutos comienza la venta, un gran abanico de variedades de pescado se exponen en cientos de puestos en apenas unos pocos metros. El regateo es algo cotidiano, más si eres blanco deberás demostrar tus dotes y no aceptar cualquier precio que te digan las mujeres que venden el pescado mientras sonríen al verte.
Una vez realizada la compra de pescado puedes dirigirte más arriba a comprar frutas y verduras en los diferentes puestos que hay cerca de la carretera.
Si vas a viajar a Gambia no puedes perderte este fascinante momento en el que llega el pescado a la playa, disfruta el momento y compra el mejor pescado que encontrarás en Gambia.
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